Una característica muy habitual en la vetustez es apreciar que el tiempo tiene un sabor a recuerdo y, este acostumbra a guardar un cierto sabor a descalabro, aparece una cierta sofocación de lo irresoluble. Adviene un sentido de la transitoriedad, se sabe que la muerte es algo inminente, se aproxima pasito a pasito… Un planeta incoloro, silencios, un planeta lejano, algo resignado; gentes para las que la vida no es otra cosa que un simple pasatiempo.
Algunos personajes como Carmen Kurtz recorren horriblemente «El Último Camino«, de esta manera es que dejan una huella triste, melancólica… y, como ellos: rompible…