«Ruark se dirigió a la entrada primordial atravesando el sombrío vestíbulo. Tuvo ciertas contrariedades para virar la llave que su compañero había insertado por la parte interior.Cuando por fin lo logró, abrió la puerta presto a despedir con cajas destempladas al muy inoportuno visitante.Sólo que cuando lo vio por poco no se cayó de espaldas y se quedó sin habla».
¡Matad, muertos, matad! es un libro que lleva el inconfundible sello de las novelas de Burton Hare.
¡Matad, muertos, matad! | Burton Hare