Profanadores de sepulcros es un libro que lleva el inconfundible sello de las novelas de Curtis Garland.
El estampido del trueno fue pasmante.Apenas había centelleado el rayo en el negro cielo, cuando sonó el estrépito atronador, excelente, sacudiendo las edificaciones hasta sus cimientos, y provocando el temblor violento de los cristales de todas y cada una de las ventanas y galerías.Después, tal y como si hubiese sido una señal prevista por los elementos, descargó con súbita furia el viento y la lluvia torrencial. Las lúgubres profundidades de la cúpula celeste parecieron abrirse en grandes compuertas por las que el agua, asoladora, tumultuosa, se cayó sobre la campiña. El viento la lanzó en rachas contra los muros y agitó los árboles y setos tal y como si quisiese desgajarlos.